En esta práctica te das cuenta de la diferencia entre una buena reparación, y una que lo aparenta.
La primera parte es la observación del tipo de deformación, puesto que si hay muchas tensiones, provocadas por una gran deformación, sería inviable repararlo, por costes tiempo etc...
Aunque no lo parezca, es reparable, ya lo veréis.
Primero comenzamos retirando el paso de rueda para poder tener buen acceso.
Después nos aseguramos de que la pieza este correctamente fijada a la carrocería.
En la primera fase hay que masajear la pieza para quitarle las tensiones superficiales.
Después de quitar la mayor parte.
Debido al difícil acceso en este vehículo he necesitado la ayuda de un gato de pinza.
Lo he colocado con un taco de madera para no marcar la pieza y utilizarlo a su ves de tás.
Martillo de carrocero para "recoger" la deformación.
Realizando golpes suaves sin causar un ruido metálico que ocasione una deformación y un difícil recogido, y golpeando en la dirección que marque la deformación.
Le toca el turno a la lima de carrocero para ver las zonas abultadas y poder así seguir recogiendo.
Realizando golpes de lima y con el martillo y el tás en las zonas menos lisas para poder igualar la superficie.
Y finalmente este es el resultado, ahora ya solo queda el embellecimiento de la superficie.